lunes, 14 de septiembre de 2009

Análisis de la existencia de dos áreas grises



Por un lado, Madoff realizó diversas donaciones a instituciones de caridad y a su comunidad judía, ya que era un asiduo recaudador de fondos benéficos. Sin embargo, también entregó dinero a otros organismos como el Partido Demócrata estadounidense y la “Securities and Exchange Comission” (SEC), encargada de regular las actividades de los mercados de valores. Específicamente en 1992, el protagonista del fraude más grande de la historia fue investigado por la SEC pero no encontraron nada ilegal. Dicha entidad reguladora no tomó la debida atención a las alertas creíbles y concretas que se presentaban para detectar la estafa. Además, Shana Madoff, sobrina de Madoff y abogada en la firma del inversor, está casada con un trabajador de la SEC, Eric Swanson, que era el director adjunto de la oficina de inspecciones y exámenes de cumplimiento de las normas.


Aunque no es ilegal dar donativos a diversas instituciones, el hecho que Madoff haya dado dinero a la entidad encargada de supervisar el mercado en la cual se desempeñaba, se puede considerar poco ético, ya que de alguna u otra forma Madoff pretendía disimular la estafa, con su imagen de prestigio y credibilidad y dejaba mucho que decir. Esto empeora más aún con el hecho de que la sobrina y abogada de Bernard Madoff es la esposa de un trabajador de la SEC, que ocupa un cargo directamente relacionado con este caso. Si bien no está en discusión la relación que ambos tenían, un enfoque ético hubiera permitido que el Presidente de la SEC remueva del cargo a ese trabajador y lo reemplace por otro. Todo esto para evitar implicaciones familiares que se vuelvan fraudulentas y conductas inadecuadas que dañen la imagen de la Securities and Exchange Comission.


Por otro lado, Bernard Madoff sí cumplía con sus inversionistas, ya que devolvía una rentabilidad de 8 a 12%. Sin embargo, nadie sabía que en realidad el dinero que captaba de los inversionistas nuevos iban pagando la rentabilidad de los inversionistas antiguos, incrementando la pirámide financiera que iba a dejar de crecer cuando dejen de entrar nuevos clientes y el esquema se quede sin liquidez y, por lo tanto, el plan sea derrumbado. Es decir, los dividendos que los inversionistas recibían eran el capital de otros nuevos inversionistas.


Aunque Madoff no estaba incumpliendo con sus clientes, está haciendo un mal uso de los fondos que sus inversionistas habían confiado en él, debido a muchos factores entre ellos la credibilidad, exclusividad y gran rentabilidad. Entonces, no hay nada ilegal en darles la rentabilidad esperada, pero no es correcto que Madoff haya usado su imagen de prestigio para permitir que sus inversionistas crean que estaban generando una riqueza, cuando ésta era “imaginaria”. Además, no es ético que haya seguido con un estilo de vida lujoso mientras que muchos bancos y personas naturales iban cavando su propia tumba sin saberlo. Todo esto por largos años sin que ninguna entidad reguladora intervenga en este exitoso y sospechoso plan financiero.

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